La vigilancia de redes sociales ahora es un asunto de seguridad nacional.
Tras una suspensión de tres semanas en mayo, las citas para visas de estudiantes internacionales se reanudaron el 18 de junio —esta vez, con nuevas regulaciones del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos.
Un cambio en el protocolo ahora exige que todos los solicitantes de visa de estudiante revelen sus cuentas de redes sociales para revisión. Según la Embajada de EE. UU., la evaluación busca identificar a solicitantes inadmisibles al país, incluidos aquellos considerados una amenaza para la seguridad nacional por motivos como apoyo o respaldo a ideologías antisemitas y terrorismo.
Los solicitantes deben hacer públicas todas sus cuentas de redes sociales y enumerar cada nombre de usuario o perfil utilizado en los últimos cinco años en el formulario de solicitud de visa, de acuerdo con la embajada.
Estudiantes universitarios internacionales afirman que el cambio está generando ansiedad en sus comunidades.
Carlos Burgos, abogado de inmigración del bufete Burgos & Van Browne, con sede en Miami, dijo que el DHS tiene “discreción total y absoluta” al revisar las redes sociales de los solicitantes.
Las revisiones en redes sociales responden en parte a las protestas pro-palestinas en varias universidades durante la primavera de 2024, señaló.
Tales regulaciones corren el riesgo de limitar la libertad de expresión entre los solicitantes de visas estudiantiles, agregó Burgos. Debido a la vigilancia del gobierno, ahora las personas temen expresarse libremente de maneras que puedan afectar su estatus migratorio.
“La gente dejará de compartir sus opiniones, lo cual no alimenta el intercambio de ideas en este país”, dijo Burgos.
La revisión de redes sociales para solicitantes de visas de estudiante también ha generado preocupación dentro del estudiantado de la UF.
Carmen Galván-Cuevas, estudiante de 20 años de Ciencias Políticas en UF y ciudadana estadounidense, dijo que el monitoreo de los perfiles de redes sociales de los solicitantes la incómoda.
“Me hace pensar que estamos eligiendo estudiantes internacionales en función de sus creencias ideológicas”, afirmó.
El requisito también ha sido criticado por ralentizar el proceso de visas. Un estudiante de primer año de Ingeniería Biomédica en UF, de 18 años, colombiano e internacional, señaló que las demoras siguen teniendo un impacto visible. El estudiante pidió permanecer en el anonimato por temor a que su visa pudiera verse comprometida.
“Un amigo fue informado de que recibiría su visa en dos semanas, pero ya ha pasado más de un mes”, dijo. Su amigo no recibió la visa a tiempo para comenzar el semestre de otoño en UF, lo que lo obligó a iniciar clases en primavera, agregó.
Los ciudadanos estadounidenses también temen que, si el gobierno puede imponer tales reglas a los solicitantes de visa, los derechos de los propios ciudadanos eventualmente podrían estar en riesgo.
Kelly Ho, estudiante de segundo año de Estadística en UF, de 18 años y ciudadana estadounidense, dijo que revisar las redes sociales de los estudiantes internacionales es “antiestadounidense”.
“Uno de los ideales principales sobre los que se fundó Estados Unidos es la libertad de creencias y de religión”, afirmó Ho. “Y esto va en contra de nuestros ideales y creencias”.
Derek Bambauer, profesor de Derecho en UF especializado en ciberseguridad, también opinó sobre los derechos de privacidad de los solicitantes de visa.
A través de la vigilancia de redes sociales, dijo, las autoridades fronterizas están logrando que los solicitantes de visas y estudiantes internacionales teman expresar opiniones negativas hacia el gobierno.
El problema mayor radica en la censura, no en la vigilancia en línea, añadió Bambauer.
“Lo desafortunado es que lo que está haciendo el gobierno es una especie de maniobra inteligente para eludir la Primera Enmienda”, dijo. “No se puede prohibir directamente el discurso… pero lo que [el gobierno] puede hacer es imponer consecuencias muy desagradables”.
Estas tácticas reflejan estrategias utilizadas en la era de la Guerra Fría, cuando los funcionarios censuraban ciertas ideas alegando que amenazaban la seguridad nacional, explicó Bambauer. Cualquier crítica al gobierno de EE. UU. o vínculos con movimientos de izquierda eran suficientes para señalar a alguien como traidor al país.
Bambauer dijo que las comparaciones ya se escriben solas.
“Hoy tenemos la presión ejercida sobre el contenido en línea, sobre las plataformas de internet”, señaló. “Y creo que ahora la pregunta es si vamos a ver eso traducido de la manera en que lo hizo McCarthy”.
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